Hermanas de la Doctrina Cristiana de Perú y Colombia

domingo, 24 de julio de 2011

¡Vocación al amor!

Después de la vocación a la vida que nos regala Dios la siguiente llamada que nos hace es al AMOR.   El amor es la fuerza más misteriosa que vive en nuestro interior y al cual buscamos apasionadamente.
Es tan importante para nosotros, que muchas veces nos equivocamos y los buscamos por sitios erróneos, incluso llamamos amor a muchas emociones o relaciones pasajeras.
No hay palabra que haya sido más desvirtuada, ni minimizada que el AMOR.
Pero ¿a que amor me refiero? ¿qué clase de amor es el que propongo?
Hablo del amor, como de esa fuerza arrolladora que vive en nosotras, que nos hace ver con esperanza y alegría el mundo, el que nos hace sentir libres porque realmente hemos descubierto la grandeza de amar, es un amor que primero hemos recibido y que nos ha transformado de tal manera que no podemos hacer otra cosa que querer más de ese amor.
Muchos me han preguntado ¿Ud. siendo monja sabe de amor?
y mi respuesta es ¡CLARO!, SI NO, NO SERÍA RELIGIOSA O MONJA, COMO QUIERAN DECIRLO.
El amor que he descubierto no se parece en nada al "amor" que yo creia conocer en una relación de noviazgo, aunque amé intensamente, siempre había en mi el deseo de algo más profundo aún, no sabía que era, pero eso si, ESTABA INCONFORME.
Cuando descubri que era amada, con todo y tal como soy y que Dios seguía apostando por mi, abrí mi corazón a Él y me deje amar por completo, fue el descubrimiento y la felicidad más grande de mi vida.
En ese amor, descubri mi forma de ser mujer realizada, mujer feliz, amiga y hermana de mis hermanas de Congregación, aprendi realmente lo que era el AMOR y me ENAMORE, y en ese camino María la Madre del Amor, me ayudo mucho.

Si fue y es bueno para mi, ¿porqué no para ti?

H. Judith
hermana de la Doctrina Cristiana.

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