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domingo, 7 de agosto de 2011
martes, 2 de agosto de 2011
¿Qué es la vocación?
El termino vocación ha tomado diversos significados en la cultura contemporánea, poniendo siempre en el centro, con diversas modalidades, a la persona. Por vocación se entiende en primer lugar el “proyecto de vida” que elabora cada uno sobre la base de sus múltiples experiencias y en la confrontación con un sistema coherente de valores que dan sentido y dirección a la vida del individuo.
En el terreno religioso, vocación indica la llamada por parte de Dios, como iniciativa suya amorosa, y la respuesta de la persona en un dialogo amoroso de participación corresponsable. El problema de la vocación se presenta por tanto, como una realidad compleja. Para poder ser entendido completamente, debe considerarse por tanto desde un doble punto de vista: por parte de Dios y por parte del hombre. Vista desde la perspectiva de Dios, la vocación se presenta como la iniciativa de Dios que se da y que al darse llama. Por parte del hombre, la vocación es una invitación, una interpelación a la que hay que dar una respuesta.
Niveles y Dimensiones de la Vocación
¿Sabías que la vocación se da a nivel personal y comunitario en varios niveles?
¿Sabías que la vocación se da a nivel personal y comunitario en varios niveles?
El hombre ha sido llamado a la existencia para trascender como persona en un dialogo propio de aceptación y de cooperación con todos los llamados a la existencia (vocación humana); así mismo, es convocado en un proyecto de crecimiento en el amor mediante el llamado a la fe en Cristo Jesús (vocación cristiana), y se expresa de forma concreta y específica por la participación en la misión y vida de la Iglesia, para construcción del Reino de Dios (vocación específica).
Primer Nivel: Vocación Humana
Cada hombre es un ser único e irrepetible, llamado por Dios a la existencia en un proceso de maduración que se descubre como persona, lleno de posibilidades y potencialidades, con limitaciones y necesidades. Este proceso se realiza en relación consigo mismo, con Dios, con los demás y el mundo que le rodea.
Cada hombre es un ser único e irrepetible, llamado por Dios a la existencia en un proceso de maduración que se descubre como persona, lleno de posibilidades y potencialidades, con limitaciones y necesidades. Este proceso se realiza en relación consigo mismo, con Dios, con los demás y el mundo que le rodea.
Segundo Nivel: Vocación Cristiana
El hombre llamado a la vida, descubre además un llamado a la fe, que es adentrarse a la aventura de un Dios que se le revela en su caminar. Por este segundo llamado descubre que Dios es Padre y que le llama por Jesucristo para ser su hijo en una vida de santidad.
El hombre llamado a la vida, descubre además un llamado a la fe, que es adentrarse a la aventura de un Dios que se le revela en su caminar. Por este segundo llamado descubre que Dios es Padre y que le llama por Jesucristo para ser su hijo en una vida de santidad.
Tercer Nivel: Vocación Cristiana Específica
El llamado a la fe implica una adhesión consciente a Cristo, ya que el encuentro con él transforma a la persona, de manera que el ser cristiano no puede darse de forma abstracta o etérea, sino que pide situarse en una forma de ser cristiano concreto: como laico, como consagrado, como misionero o como ministro ordenado. Así, el proceso de madurez humana y cristiana, se desenvuelve en un compromiso gradual dentro de la Iglesia para el mundo.
El llamado a la fe implica una adhesión consciente a Cristo, ya que el encuentro con él transforma a la persona, de manera que el ser cristiano no puede darse de forma abstracta o etérea, sino que pide situarse en una forma de ser cristiano concreto: como laico, como consagrado, como misionero o como ministro ordenado. Así, el proceso de madurez humana y cristiana, se desenvuelve en un compromiso gradual dentro de la Iglesia para el mundo.
Fuente: http://www.vocacion.com/vocacion.htm
domingo, 24 de julio de 2011
¡Vocación al amor!
Después de la vocación a la vida que nos regala Dios la siguiente llamada que nos hace es al AMOR. El amor es la fuerza más misteriosa que vive en nuestro interior y al cual buscamos apasionadamente.
Es tan importante para nosotros, que muchas veces nos equivocamos y los buscamos por sitios erróneos, incluso llamamos amor a muchas emociones o relaciones pasajeras.
No hay palabra que haya sido más desvirtuada, ni minimizada que el AMOR.
Pero ¿a que amor me refiero? ¿qué clase de amor es el que propongo?
Hablo del amor, como de esa fuerza arrolladora que vive en nosotras, que nos hace ver con esperanza y alegría el mundo, el que nos hace sentir libres porque realmente hemos descubierto la grandeza de amar, es un amor que primero hemos recibido y que nos ha transformado de tal manera que no podemos hacer otra cosa que querer más de ese amor.
Muchos me han preguntado ¿Ud. siendo monja sabe de amor?
y mi respuesta es ¡CLARO!, SI NO, NO SERÍA RELIGIOSA O MONJA, COMO QUIERAN DECIRLO.
El amor que he descubierto no se parece en nada al "amor" que yo creia conocer en una relación de noviazgo, aunque amé intensamente, siempre había en mi el deseo de algo más profundo aún, no sabía que era, pero eso si, ESTABA INCONFORME.
Cuando descubri que era amada, con todo y tal como soy y que Dios seguía apostando por mi, abrí mi corazón a Él y me deje amar por completo, fue el descubrimiento y la felicidad más grande de mi vida.
En ese amor, descubri mi forma de ser mujer realizada, mujer feliz, amiga y hermana de mis hermanas de Congregación, aprendi realmente lo que era el AMOR y me ENAMORE, y en ese camino María la Madre del Amor, me ayudo mucho.
Si fue y es bueno para mi, ¿porqué no para ti?
H. Judith
hermana de la Doctrina Cristiana.
Es tan importante para nosotros, que muchas veces nos equivocamos y los buscamos por sitios erróneos, incluso llamamos amor a muchas emociones o relaciones pasajeras.
No hay palabra que haya sido más desvirtuada, ni minimizada que el AMOR.
Pero ¿a que amor me refiero? ¿qué clase de amor es el que propongo?
Hablo del amor, como de esa fuerza arrolladora que vive en nosotras, que nos hace ver con esperanza y alegría el mundo, el que nos hace sentir libres porque realmente hemos descubierto la grandeza de amar, es un amor que primero hemos recibido y que nos ha transformado de tal manera que no podemos hacer otra cosa que querer más de ese amor.
Muchos me han preguntado ¿Ud. siendo monja sabe de amor?
y mi respuesta es ¡CLARO!, SI NO, NO SERÍA RELIGIOSA O MONJA, COMO QUIERAN DECIRLO.
El amor que he descubierto no se parece en nada al "amor" que yo creia conocer en una relación de noviazgo, aunque amé intensamente, siempre había en mi el deseo de algo más profundo aún, no sabía que era, pero eso si, ESTABA INCONFORME.
Cuando descubri que era amada, con todo y tal como soy y que Dios seguía apostando por mi, abrí mi corazón a Él y me deje amar por completo, fue el descubrimiento y la felicidad más grande de mi vida.
En ese amor, descubri mi forma de ser mujer realizada, mujer feliz, amiga y hermana de mis hermanas de Congregación, aprendi realmente lo que era el AMOR y me ENAMORE, y en ese camino María la Madre del Amor, me ayudo mucho.
Si fue y es bueno para mi, ¿porqué no para ti?
H. Judith
hermana de la Doctrina Cristiana.
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